Uno de mis amores me sacó sonrisas jamás antes vistas, me sacó gritos, me provocó llanto, le hice unas cuantas cartas de mi puño y letra, me hizo cometer locuras y de todo un poco. Fue una catástrofe de la que no quería salir, la pasaba mal, pero no quería salir... era como si una hora de ternura valiera más que los mil meses de tormento, realmente en esos momentos no me quería ni un poco. Nos separamos unas cuantas veces, nos dañamos en demasía, pero nos dimos cuenta tarde.

Otro de mis amores era hermoso, tanto así que solo duró sesenta y cuatro días.

Tuve otro amor, pero ese era prohibido, adúltero, ilegal o como le quieran llamar. Me ponía a mil, me prendía, me calmaba, en fin, no sé ni por qué, pero me sentía muy suya y nunca se lo dije. Pero eso no podía durar toda la vida, dentro de mí siempre supe que merecía algo que pudiese ser mío y vivirlo a plena luz del día, sin jugar al escondite.

Otro amor más, uno de los más intensos... le apodo "huracán" se llevó mi camisa favorita, mi sacapuntas azul, mi ingenuidad, un libro que me regaló mamá y me dejó unos libros con dedicatoria. Todo fue perfecto incluso hasta en sus últimas horas de vida, ella era no sé... un huracán cuya categoría es tan alta que no me atrevería a decir cualquier número al azar. Fue de esos huracanes que no le regalan ni dos días al meteorólogo para que le avise a todo el país, todo era hermoso, estaba en las nubes, y de repente... en cuestión de horas, esas nubes se desmoronaron y me desmoroné yo.

Justo ahora, no sé si estoy en proceso de tener otro amor ya que pues... soy algo tonta de vez en cuando, pero como sea, si la respuesta es un sí, espero no tener que ponerlo en la cola de mi lista de amores fallidos o como se le pueda llamar a todo lo anteriormente escrito.