Corté momentos, vida y más
corté tormentos
y olores
corté con lo que fui
con lo que ya no quería ser
Corté horas
y corté recuerdos de viejas manos...
En fin: me corté el cabello.
Corté momentos, vida y más
corté tormentos
y olores
corté con lo que fui
con lo que ya no quería ser
Corté horas
y corté recuerdos de viejas manos...
En fin: me corté el cabello.
El café sobre la mesa
frío como mi pecho ahora
me quedé dormitando en la silla
pues el dolor me aturdió demás
No supe el valor de mi infancia
hasta encontrarme así
en estado penoso y destructivo
una caricatura nunca me rompió tanto el corazón
Pasan las horas, me tiro en el sofá
y me pregunto: ¿dónde están mamá y papá?
Si dura más la tragedia
sería un evento apocalíptico...
Te golpearía, rompería las ventanas
porque se desprendería el timón
el seguro de las puertas se trancaría
y solo podría salir por ahí
por la ventana
rompiendo cristales, haciendo más daño.
Si la tragedia se prolonga
mi balada sería la más triste
la más catastrófica
y hasta la más patética...
porque aún así
sin dolor, no soy yo.
Si la tragedia dura un segundo extra
yo solo quiero decirte
que aunque no pertenezcas al grupo de los que entienden a los dañados
los monstruos también lloran.
Tener el alma herida
y que te carcoma la pena,
estar insaciable
sentir que no te llenan
Caminar en la oscuridad
con los ojos cerrados,
cegarse de a doble
ser iluso y esperanzado
No acoplarse al presente
sentir nadar en tempestades
¡ay querida vida!
tú sí que me haces maldades
Cuestionarse el existir
que se te acabe el elixir,
que te hacía querer vivir
y el corazón te hacía latir.
A ti que no me leerás:
Llevo tanto tiempo sin hablar contigo, sin saber de ti, si comes bien, si duermes en paz, si atienden tus necesidades como lo hacíamos acá, si tienes a otra persona a la cual llamar mil veces al día para saber si está bien... ¡cuánta falta haces! Hace varios días se cumplieron seis años desde que ya no sé de ti, desde que ya no te abrazo, desde que no vienes a tomar siestas en mi cuarto, desde que ya no me defiendes de mamá. Acá en casa te extrañamos mucho y hasta nos queda esperanza, eres indispensable y todavía observo mensual mis fotos contigo.
No sé si decidiste marcharte para ayudarme a crecer porque sabías que contigo presente no sería igual o si te llamaron a última hora y no te dieron ni cinco minutos para despedirte. He guardado todo lo que me enseñaste y lo he sabido usar, he sido exteriormente casi mil personas en estos seis años, pero interiormente sigo siendo la misma a la que dejaste en este mundo lleno de maldad y egoísmo.
Me han roto veces incontables, pero he vuelto a sonreír el doble, así como solías hacer tú. He ganado, he perdido, he hecho, he deshecho... y te he extrañado con más intensidad cada día que pasa. No sé dormir ocho horas, he ido convirtiéndome poco a poco en lo que dijiste estar seguro que me convertiría, me sigue encantando el deporte, la carne roja me repugna, ya no hago carreras con la vista contra la luna como solía hacer mientras manejabas, aún no conozco a una persona más divertida que tú, ya no me gusta estar en casa y he tenido muchos problemas. Suelo decir lo que pienso antes de lo que siento, vivo a la defensiva de mis familiares, me he llegado a sentir como una carga aunque no digan que lo soy, me he sentido como mosca en sus sopas.
Crecer ha sido bueno y malo, tu ausencia duele más ahora que puedo pensar con madurez, todavía me cuesta creer que ya no llamas, que ya no me visitas, que ya no salimos... a pesar de haber crecido no hay quien me explique por qué la persona que más he amado y más querida me ha hecho sentir me abandonó. Me hace falta tu risa, tus bromas pesadas, el cine todos los lunes, el centro comercial todos los martes, los videojuegos los viernes en tu casa... me haces falta tú, tus mimos y tus abrazos, porque nunca más me he vuelto a sentir tan protegida y segura como me sentía en tus brazos. Todo me recuerda a ti, lo bueno me recuerda a ti, porque las cosas más grandes que tengo ahora me las enseñaste tú, porque eso esencial e invisible para los ojos que aprendí y he ido desarrollando cada vez más a medida que pasa el tiempo, lo aprendí contigo.
Te amo como a nadie,
Tu pequeña gigante.