Ojalá y nunca te de frío, espero que no te falte nada, que no te falte amor sincero, ni compañía en buenas y malas.

Mentiras de todos los colores, mentiras que tan siquiera tú sabías que eran mentiras, bueno, dejándome llevar yo por lo que dices tú. Mentiras blancas, negras, azules, rosa, amarillas... Mentiras, mentiras que me alimentaban el alma de eso, de más mentiras, mentiras disfrazadas de verdad. Mentiras que me hicieron pensar, que mi alma bailaba pegadita a la tuya, mentiras que me hacían sonreir, mentiras y promesas sin cumplir. Mentiras dulces, amargas y agrias, o quizás solo fueron sentimientos a la mitad, pero insisto en mentiras, porque la vida es tan complicada que un solo mal acto pone en duda hasta tu nombre. Mientras yo soy un signo de interrogación gracias a ti, tú solo eres una mentira con piernas, una mentira vacía, con máscara de verdad.

Bueno, hablemos de alguien con un caso muy llamativo, hablemos de una persona apasionada, enamorada, que lo da todo sin miedos, piensa primero en todos antes que en su persona... Alguien que no sabe lo que es el egoísmo. Una persona que lleva toda la vida preguntándose el por qué le elevan tanto las emociones, ilusiones y el amor para luego tirárselas a la mierda sin razón, porque aunque muchas veces se eche la culpa, sabe que no la tiene. ¿Cómo es posible que una persona que sabe amar tan bonito pase por ese tipo de cosas? No lo sé, ni ella lo sabe, es una duda constante que no se aclara. ¿Por qué tanto disgusto y mal rato? No lo sé, no lo sabe, no lo sabemos... Y quizás hasta a ti te ha pasado semejante cosa, y duele, sé que le duele y sé que sabes que le duele. ¿Por qué si entrega la vida la misma vida le paga con nada? ¿Por qué tiene que pasar noches llorando? Y siguen las preguntas sin respuestas, siguen los fantasmas de la tristeza invadiendo su mente, la inseguridad, la angustia, todo lo malo. En ocasiones o casi siempre prefiere callar muchas cosas que siente, solo por no herir, por no perder y el miedo de arruinar cosas, pero eso está mal ¿por qué preferir destruirse en lugar de desahogarse? Buena pregunta, pero esa pregunta sí tiene respuesta, el por qué a eso se debe al amor inmenso que siente, porque decir lo que siente le favorece a ella pero hiere a otra persona... La persona que ama, y herir a quien uno ama, es una tarea difícil, aunque no lo hagas con la intención, sabes que se sentirá de esa manera y por tal razón se evita. Es un enrredo, miles preguntas sin respuestas, muchas cosas que recibe sin merecer, muchas lágrimas no deseadas, dolor imprudente y ganas de arrancarse el pelo a cada hora, pero aunque ahora no hayan respuestas, ella espera que dentro de poco tener algunas.

¿Cómo es que se supone que conteste que estoy bien? Si la voz se me rompe cuando intento contestar esa pregunta. 

Nunca me digas que soy lo mejor, mucho menos me halagues, nunca me trates de hacer sentir mejor, si al final de la oración te vas a marchar. ¿Para qué? No tiene sentido mucho menos calma mi dolor, solo hará que me sienta insuficiente una vez más, y ya es hasta normal, toda la vida me he sentido así. Nunca me digas que me amas, si no me amarás tanto como para quedarte junto a mi a sanar y hacer una vida, porque como dije anteriormente ¿para qué? No tiene sentido mucho menos calma mi dolor, solo me hará sentir como basura, nada más y nada menos. No me subas, tan siquiera un poquitito, si cuando menos lo espere me vas a tirar, sí, digo a tirar porque no puedo llamarle "bajar" a algo que duele tanto y te desgarra el alma inesperadamente, algo que te hace sentir horrible, algo que duele más que cualquier paliza, un dolor más allá de lo físico. No me hagas ver el mundo de colores, si cuando me levante en un día cualquiera, creyendo que todo estará bien, al salir a ver la luz del sol... Resultará que esa luz no existe, que los árboles dejaron de ser verdes y que el cielo ya no es ni azul, pues hasta el agua del mar se habrá secado. 

No quiero volver a romperme, 

 La verdad aquí es que antes de ti ya yo no sentía miedo a nada, nada me daba miedo, nada me emocionaba, todo me daba tan igual... no sentía ganas de volverlo a intentar, sentía que estaba destinada a que todo me saliera mal, siempre que alguien se asomaba me daba lo mismo, no me daba ni el más mínimo miedo, pues sabía que se iba a marchar rápido, era lo normal. No sentir miedo, no sentir nada, sentir que estarás estancado en una vieja situación toda la vida muchas veces o mejor dicho, siempre es malo ¿cómo es posible no sentir ni un poquito de miedo u emoción aunque sea? Tan siquiera sentía ganas de superarme para ser sincera. Ahora que estás tú, volví a sentir miles de cosas nuevamente, cosas que ya no sentía ni creía poder volver a sentir, incluido el miedo, a perderte. ¿Será cierto que no te marcharás? Porque al menos yo no lo haré; ¿podrás soportarme siempre? Porque yo sí lo haré contigo; ¿será que por fin encontré la persona sin prejuicios y con ganas de quedarse que juré no existente? Espero que así sea, porque ya no quiero a nadie más, tampoco tengo ojos para otra persona.

Hoy solo tengo ganas de disfrutar de ti, probablemente tenga otras cosas que hacer pero ¿qué me importa eso a mí? No tienes idea de lo dulce que puede ser el sabor de tu boca o lo tan amargo y rico al mismo tiempo, aunque parezca imposible. Todas tus sonrisas me fascinan, pero de la que tengo ganas es de esa que me das cuando estoy disfrutando de ti, de tu boca, de tu cuerpo... Quiero degustar hasta el más pequeño rincón de tu cuerpo, ver como respondes y volver a empezar. Quiero hacer de todo, hasta lograr lo que nadie ha logrado, deseo mostrarte un mundo más allá de la piel, que no solo se estimule tu carne, sino tu mente al mismo tiempo. Contigo no es solo simple sexo cariño, contigo es algo más, algo más placentero, algo más especial. Me causa un placer inmenso tenerte sobre mí, sentir como comienzas a besarme de manera lenta y terminas en total desesperación, como de besos pasas a darme señales corporales de que quieres algo más, me causa placer ganarte poco a poco más y más. Me gusta que te toques tú y me traigas a la boca tu sabor, amo sentir tu humedad y no me cansaría de escuchar tus gemidos. Que tomes la iniciativa sabes que me excita en demasía, pero que te dejes llevar por mí de esa forma en la cual lo haces, esa forma con la que me dices: "contigo todo" sabes que también me encanta. Hoy solo tengo ganas de disfrutar de ti, fantasear, realizar, solo quiero eso y hasta no hacerlo, no querré hacer otra cosa; luego podemos conversar de lo que sea, dormir hasta la semana que viene, podemos hacer lo que más se te antoje... Pero primero quiero disfrutarte y despojarme, lo necesito.

Tú eres una obra de arte

No sé exactamente lo que me haces, pero aquí me tienes. 

Si se me rompe el corazón, que no sea por falta de ti. 

Te hicieron con polvo de estrellas, y hace sentido, porque de un polvo saliste, pero insisto en que fue de estrellas. 

Contigo hago cualquier cosa, te elijo en cualquier momento. No importa si me invitas a ver alguna basura en la televisión que sabes que tanto odio. Quiero estar contigo siempre, no importa si eso implica tomar refresco de uva, aunque realmente también lo odie. Unas horas junto a ti siempre serán mejor que hacer cualquier cosa, aunque me inviten a un museo enorme o a la biblioteca pública de Nueva York. Seguiría eligiéndote a ti sobre cualquier cosa, porque si esas cosas no son contigo... ¿Para qué hacerlas si solo estaré pensando en ti?

Te conocí tratando de ser tú en el lugar equivocado, cosa que te hacía la vida más complicada y estoy casi segura de eso, pero te puse rápido en donde quería y creí que debías estar, donde te sentiste en casa. Tú odias el frío, yo lo amo. Todo lo que me gusta no es que no te guste, pero la gran mayoría del tiempo te llama más la atención lo opuesto u no sé si es a mi que me gusta todo lo opuesto a lo que a ti, pero no solemos coincidir en más del 50% de las cosas. Tú eres una persona muy activa, transmites muy buenas vibras y llevas en ti una sonrisa capáz de cambiarle el día a quien sea. En cambio yo, suelo alegrar a las personas de modo distinto, de primera soy de aspecto serio, no suelo estar muy sonriente, soy lo que no eres y eres lo que no soy... O mas bien no, pienso que quizás somos lo mismo pero de distinta forma. Tú eres el día, yo soy la noche. Pero hay algo que nos unió, algo en lo que sí somos iguales... Buscábamos, nos hacía falta y anhelábamos lo mismo, sufríamos lo mismo. Decidimos abrir nuestras puertas y lentamente el dolor escapaba de nuestro ser, hasta estar aquí, con esos vacíos llenos de felicidad y construyendo una vida eterna para dos con el corazón, un jardín el cual no dejaremos de regar. Eres un sueño y no quiero que me pellizquen. Desde que estás aquí siento que no podría sin ti y con toda la sinceridad del mundo, tampoco me interesa querer sin ti. No te pido nada, solo que me demuestres tu amor siempre, no olvides que el café a todas horas me encanta y que tus besos no pierdan su dulce sabor.

Todas esas veces que te amé sin saberte, todas esas veces...

Me tienes y me enloqueces, te tengo un amor inmenso, no se te ocurra soltarme ahora porque ya me he enamorado. Me fascina tu risa y la suavidad de tu piel, me hacen sentir como siempre había querido sentirme. La delicadeza con la que mueves tu cuerpo cuando encima de mi te encuentras, ese único olor a libertad, pasión y amor desenfrenado que llevas, ese único olor que me lleva del tingo al tango pero que me encanta. Tus besos no sé que tienen pero no me cansaría de ellos así fuese un requisito para sobrevivir, moriría por tus besos. No me sueltes, quiero que este viaje no termine, al igual que mi amor por ti. 

No son celos, es que no quiero que nadie te mire como yo te miro y llegue a pensar lo mismo que pienso de ti. No soy celosa, simplemente me revienta que hayan personas que crean desearte más de lo que yo te deseo, te deseo tanto que desespera. Me quemo... Y no es de los celos, te lo juro, pero no soporto que te hablen como yo te hablo, me enfurece, me pone de un humor indeseable, un humor que me dan ganas de explotar edificios, pero no me quemo por los celos, te juro que no es por ellos. No me gusta que te coqueteen aunque siempre vaya a pasar, al menos no cuando yo me de cuenta, me molesta, me da coraje, me da... No sé lo que me da pero sé que me molesta demasiado. ¡Maldita sea! Odio sentir celos, no se siente bien, porque aunque digas que solo me quieres a mi ellos no se marchan, permanecen y cada vez más crecen, digo... Celos no, no son celos es que... Bueno, de acuerdo... Son celos.

Te quiero de aquí a Plutón, sinceramente eso es un montón.

Bella, hermosa, menguante y atrevida... Así es tu sonrisa. Me lleva a la locura, no sé lo que es cordura cuando la tengo ante mis ojos... Me hace vivir, me siento llena, le da calor a mi alma. Lo más bonito de tu cara después de tus ojos, tu sonrisa. Perfecta para cualquier ocasión, capáz de derretir el hielo de mi mal humor, así es ella. Sincera como los sentimientos que expulsa mi boca, causante del brillo de mis ojos, una de las cosas que más ánimo me da, tu sonrisa. Sin tu sonrisa, yo no tendría risas ni me sonrojaría y sin esas risas eternas y esos colores que me suben al rostro cada vez que te veo sonreir, yo no sería la misma, quizás un poco más amargada.

 Quiero que te quedes, lo deseo con ansias, no importa si es conmigo u con mis manías, pero quiero que te quedes. Me gustaría que te quedes, pues yo puse todo bonito para tu llegada y no me gustaría haberlo hecho en vano. ¿Haz querido que alguien se quede? Es un sentimiento bonito, un sentimiento que también acompaña el miedo a perder. Me haces sentir bonito, así tan bonito como tus ojos que aunque son pequeños y quizás para ti no tienen nada de atractivos a mi me encantan ya que los ojos son la ventana del alma y tu alma yo quiero habitar. Me encantas tú, me encanta todo de ti... ¿Cómo no voy a tener ganas de que te quedes? Me haces sentir en otro planeta que tan siquiera existe, le das un sabor tan distinto a las cosas... Un sabor que se ajusta a mi, ese sabor que no había probado antes. Yo estoy aquí, sé que te quiero a ti, compartiría mi café contigo y te invitaría a ver partidos de fútbol... ¡Quédate!

Por si vienes me arreglaré el cabello, me pondré tu camisa favorita e

Miedo... ¿Han sentido miedo? Supongo que si, hay muchos tipos de miedos, muchos... Pero es tan devastador ese miedo cuando acabas de perder algo que apreciabas con toda tu alma y no sabes como será todo luego, como acostumbrarte, como volver a empezar desde cero esa relación estable que solías tener con soledad o ese simple miedo de sentirte inútil sin eso que perdiste. Ese tipo de miedo puede ser con cualquier cosa, un objeto importante para ti o con una persona, curiosamente se asimilan un poco los dos casos, porque si se te explota un balón puedes comprar otro, pero ese otro nunca será igual al que tenías, se te puede romper un zapato, puedes comprar otro par pero ese par no será igual al viejo y lo saben, siempre nos encariñamos con los zapatos y más cuando andamos siempre con ese par, nuestro par favorito y eso mismo pasa con las personas, aunque puedes tener a otra persona en cualquier momento de tu vida ¡nunca! Será igual a esa persona que perdiste, dejaste, se perdieron, no se pudo u lo que sea, el tipo de situación que sea, puedes estar con quien sea pero nunca esa persona será igual ni te dará la misma comodidad aunque luego te de una mejor, no te dará una igual, así como el par de zapatos. Hay personas que se meten en tu ser y ya, se metieron, te atraparon, te hacen sentir en la luna, en el cielo, en lo más alto del mundo con tan solo un poco de su voz o simples tonterías, personas que te hacen sentir increíbles, invencibles y sinceramente... Perder a esas personas puede provocar que nos de mucho miedo, miedo a no volvernos a sentir así, miedo a no poderle recuperar, miedo a que se olvide de ti, no sé, cualquier tipo de miedo, no uno en especial pues todos somos distintos y a todos nos dan miedo un sin número de cosas distintas y tenemos diferentes prioridades. Insisto en que el par de zapatos es el ejemplo perfecto para este tipo de situaciones ya que inclusive, cuando compramos un par de zapatos nuevos es difícil acostumbrarse al principio y exactamente eso mismo pasa con las personas, eso y nada más que eso, porque aunque venga otra y te sientas en comodidad, al principio es difícil de todos modos.

Quizás existan mejores que tú, pero no existen iguales a ti, la vida es totalmente relativa y mientras tú piensas que no eres suficiente a mi me bastas y hasta me sobras, no sé si me sigues, a veces pienso que no me gustaría que nadie supiera de ti porque luego te desearían, otras veces mi ego se levanta con el pie derecho y me gustaría que todos supieran de tus habilidades y talentos con mi interior para que te desearan y me envidiaran mientras yo aquí, sentada, acostada, no sé, hasta fumando me sonrío por tener el privilegio de tener cosas de ti y ellos no. Hay mejores que tú, eso lo saben hasta en la china, pero como tú no hay otra persona en este planeta y con el billón de defectos que tienes y aún no te descubro me encantas porque aunque hay mejores que tú, quien me hace sentir... Eres tú.

 Hablemos de una persona ilusa, soñadora, con pizcas de inocencia por ahí, con brillo en los ojos y una luz que no se apaga a pesar de haberse visto rota millones de veces... ¿Por qué no se apaga? No sabe, nadie lo sabe, puede romperse en millones de pedazos pero así mismo volverse a construir y eso muchas veces me deja perpleja, sin palabras, sin voz para explicar lo increíble que parece, porque cuando se encuentra más atrapada, en total oscuridad, cuando todo parece que por fin se arruina por completo y sin solución... Vuelve a brillar. Ella es una persona de principios, miles de principios y pocos finales, una persona con tantos sueños que no le dan ganas de dormir por tan solo andar pensando en ellos e irlos llevando a cabo al ritmo que pasan los días, en silencio pero con esmero. Una persona que se quiere pero a veces no tanto, que ama tener pláticas de larga duración con diversas personas aunque un día que otro le ataque la misantropía, alguien que quiere ser grande, sentirse pequeña de emoción y que así mismo le apoden como alguien le dijo, ella merece que le llamen así, pero no cualquier persona. A ella no le molesta llegar, pues siempre lo está haciendo, pero quiere también que le lleguen, que le permanezcan y que le llenen. Extrovertida por naturaleza con casi todo lo que se debe ser extrovertido y hasta con lo que no, pero bastante tímida algunas veces, su mirada muchas veces es distraida y solo alguien que le estudie mucho en silencio detenidamente o quien la ame entenderá el por qué, miles de heridas... Un sin número de heridas, unas profundas, otras no tanto, algunas ya cicatrizadas, unas que van por eso y otras que siempre permanecerán abiertas mientras no haya quien las cuide y vele porque no se lastimen ni sangren para que puedan cerrarse por completo con el menor rastro de alguna cicatríz si así es posible. Lleva unos labios que mucho han besado pero que poco han apreciado, unas manos con miles de maravillas entre ellas y una voz con calidéz para quien la necesite, dicen que es increíble, pero ella no lo cree, dicen muchas cosas... Pero lo único que puedo decir al respecto es que ella soy yo.

Así fue… Yo me encontraba más sola que nunca, mi alma estaba más que vacía, decepcionada de la vida, enfadada conmigo misma, mal “amorada” con el corazón estrujado, los ojos deshidratados, sonrisa desfigurada, ganas de desaparecer, creyendo que todo estaba perdido, asi estuve… Siendo infelíz por razones de las cuales no quiero hablar. De repente llegó y se subió a mi tren y fue raro porque siempre me ando yo subiendo a trenes, nadie suele subir a los que yo esté, le hablé un rato sin busca de flirteo ni lo más acercado y no se por qué pero me sentí viva, me olvidé de los problemas, sentí mi corazón latir, sentí que todo estaba bien en esos momentos. Al parecer tampoco estaba tan bien que digamos pero muy bien que tuvo el don de irme reconstruyendo sin permiso y esto son memorias viejas, memorias de alguien que estaba cuidando mis heridas y no las dejaba sangrar, memorias de un corazón hospitalario, un corazón que abandoné, me abandonó, nos abandonamos porque así tenía que ser según la vida, un corazón que sinceramente ya no quiero pero una historia que jamás me aburriría de contar.

No sonrío porque si, sonrío porque tú, porque tú eres risas, tú eres buenas sensaciones. No sonrío porque quiero sonreir, sonrío porque tú me lo provocas, sonrío porque tú mi invierno lo hiciste primavera. No sonrío porque si, porque tú, ni porque quiera sonreir... Sonrío porque nosotros.