Hablemos de una persona ilusa, soñadora, con pizcas de inocencia por ahÃ, con brillo en los ojos y una luz que no se apaga a pesar de haberse visto rota millones de veces... ¿Por qué no se apaga? No sabe, nadie lo sabe, puede romperse en millones de pedazos pero asà mismo volverse a construir y eso muchas veces me deja perpleja, sin palabras, sin voz para explicar lo increÃble que parece, porque cuando se encuentra más atrapada, en total oscuridad, cuando todo parece que por fin se arruina por completo y sin solución... Vuelve a brillar. Ella es una persona de principios, miles de principios y pocos finales, una persona con tantos sueños que no le dan ganas de dormir por tan solo andar pensando en ellos e irlos llevando a cabo al ritmo que pasan los dÃas, en silencio pero con esmero. Una persona que se quiere pero a veces no tanto, que ama tener pláticas de larga duración con diversas personas aunque un dÃa que otro le ataque la misantropÃa, alguien que quiere ser grande, sentirse pequeña de emoción y que asà mismo le apoden como alguien le dijo, ella merece que le llamen asÃ, pero no cualquier persona. A ella no le molesta llegar, pues siempre lo está haciendo, pero quiere también que le lleguen, que le permanezcan y que le llenen. Extrovertida por naturaleza con casi todo lo que se debe ser extrovertido y hasta con lo que no, pero bastante tÃmida algunas veces, su mirada muchas veces es distraida y solo alguien que le estudie mucho en silencio detenidamente o quien la ame entenderá el por qué, miles de heridas... Un sin número de heridas, unas profundas, otras no tanto, algunas ya cicatrizadas, unas que van por eso y otras que siempre permanecerán abiertas mientras no haya quien las cuide y vele porque no se lastimen ni sangren para que puedan cerrarse por completo con el menor rastro de alguna cicatrÃz si asà es posible. Lleva unos labios que mucho han besado pero que poco han apreciado, unas manos con miles de maravillas entre ellas y una voz con calidéz para quien la necesite, dicen que es increÃble, pero ella no lo cree, dicen muchas cosas... Pero lo único que puedo decir al respecto es que ella soy yo.
Te escribà un par de poemas, todos sin contestación, con emoción y desesperación, con ganas de que los leyeras pero la verdad es que nunca te los envié. Me pregunté a mi misma cuán felÃz era y ahà desapareció la felicidad, de verdad... No me enamores, yo sé que me vas a soltar y en estos momentos realmente yo estoy bien, lo que no estoy es contigo. Te inmortalicé pero a diferencia de otros casos... A ti fue para no volverte a cometer y siendo sincera aquà entre tú y yo, no soy buena decidiendo, si es por mi podemos ir a donde hieras... Me desespero ¿Cuándo es que me vas a dejar versarte la boca? Este (escalo)frÃo de no tenerte me perturba y aquà tengo puesto un traje de ganas para ti pero estoy pensando en quitármelo. Y aquà estoy, nutriéndome de nada y llegando a la conclusión de que mi nostalgia tiene cuerpo y camina por si sola, me gustarÃa que fueras mis adjetivos y hasta verbos pero nuevamente estoy siendo coleccionista de amores que no se realizan.
Si quieres arder, recuerda que aquà siempre tendré fuego, si quieres respuestas tengo miles de ellas para ti, si quieres versos yo te los doy, si quieres que te quieran, querer aquà tengo de sobra. Si quieres correr ya me puse los zapatos, si quieres escapar... También estoy lista, si quieres un arcoiris para ti puedo llover, si quieres que solo te mire... Los ojos aquà tengo abiertos, si quieres que te descubran, ya estoy por hacerlo... Y si sueñas con maravillas, recuerda que dentro de mis manos tengo muchas, para ti.
No duermes conmigo, tan siquiera me piensas o al menos yo que sé, no soy yo quien te beso, no soy yo quien te abrazo, no soy yo quien despoja en ti todo el deseo que te tiene, no soy yo quien te toca el corazón, a mi entender yo soy simplemente nada. No soy yo quien te tiene en total exclusividad, no eres tú quien espera ansiosamente mis letras o quien sabe, no soy yo por quien te mueres, no es a mi a quien le platicas que le quieres mientras miramos a la nada, te acaricio el cabello u simplemente hablamos por el teléfono. No soy yo con quien quizás tengas planes, no soy tan siquiera un plan a largo plazo, no soy yo quien le da cada vez más vida a tu corazón, no soy yo quien se toma una foto contigo, no eres tú quien siempre quiere estar conmigo, no soy yo con quien siempre quieres estar, no eres tú quien me dice la ansiedad que tiene de verme, no soy yo con quien compartes gran parte de tu corazón. No soy yo, no eres tú o yo que sé si todo esto es cierto, no eres tú, no soy yo, pero ansÃo ser.
Me duraste poco pero mucho, no sé si me explico... Poco para lo mucho que te amaba ya que querÃa que te quedaras un poco más pero duraste mucho al mismo tiempo ya que ese poco lo aprovechamos tanto que parecÃa mucho. HabÃan muchas cosas que yo no sabÃa, cosas que de lejos conocÃa pero la verdad es que nunca las habÃa vivido y tú me las pusiste sobre la mesa, frente a mi cara, sin excusas, con entusiasmo y un brillo en los ojos que cada vez era más intenso. Lo nuestro fue una de esas histerias de cuerdos que se aprovecha en cada segundo, cada instante, cada todo... De esas en las que no se pierde tiempo y los locos las miran de lejos pensando en lo rápido que se va cuando realmente las personas cuerdas sabemos que cuando se trata de amor esperar es un grave error por eso de que el tiempo no es tan buen amigo como algunos lo pintan. Ha pasado bastante tiempo pero aún asà siento que me quedé sin dar gracias, porque aunque ya lo que eras tú en mi se disolvió hay cosas por las cuales dar gracias o recuerdos que escribir para terminar de enterrarlos dentro de mi. El cielo dejó de ser solo azúl y nubes ya que me enseñaste que aparte de eso el cielo también era un lienzo en blanco y buscarle figuras a las nubes es un vivo ejemplo de ello, el insomnio ya era de mi antes de que llegaras en aquél entonces pero lo volviste más intenso, fuiste la primera persona que apreció mis letras desde la sangrÃa hasta el punto final, la primera persona que creyó en mi y en la magia que podÃan traer mis sueños envueltos, me animaste a seguir cuando realmente el fantasma de la inseguridad me gritaba que abandonara cada y una de mis pasiones, sé que me quedé sin dar gracias porque para ti todo de mi era importante aunque yo era bastante errante, porque haz usado bien las herramientas que te dejé, porque mis palabras en ti tenÃan más peso hasta que las lágrimas que derramamos antes de marcharnos, porque aclarabas de mi hasta lo que ni yo misma entendÃa, porque me describÃas tan bonito cada vez que me le daban cosquillas al alma, porque te amé tanto que me amaste igual o hasta más, porque compartiste pedazos de ti conmigo que a nadie le habÃas dado y te habÃa dado las gracias por muchas cosas menos por estas, porque por cosas que aportaste, por fortalecer mi inseguridad y por la existencia en mi vida de personas como tú es que mi luz no se apaga.
Nunca tuve una tuba pero escribir de ella querÃa, estuve años tratando, hacer con mis letras un lindo dÃa.
No me importan las noches perdidas, soy alérgica a la aspirina, el mundo siempre está dando vueltas, pero yo le doy más vueltas a la vida.
Casi nunca uso reloj, no suelo hablar de Dios, prefiero dejar en letras toda mi alma y mi corazón.
Tengo como doce primos y creo no conocer ni a la mitad, puede pasar lo que sea, pero de escribir no voy a dejar.
La carne roja no me gusta, las cucarachas me asustan, la oscuridad me da lo mismo y con amores ya he visto mil abismos.
Me gusta mucho el amarillo, pero a veces me gusta el verde que aunque combina con la naturaleza muchas veces logra que más me concentre.
No sé nadar, solo sé amar, no sé correr patines, no tengo un récord Guinnes, juego mucho con palabras y no siempre soy afine.
A veces me creo ambigua, a veces me creo antigua, a veces hago de todo, casi siempre me baño con agua tibia.
El café me gusta junto a cualquier cosa, pero me gusta a veces más con compañia, los libros transmiten cosas, que alguien jamás me transmitirÃa.
No me gusta el golf, tampoco me encanta el bingo, no juego bien a las apuestas y extrañamente me encantan los domingos.
Voy porque el mundo me lea, voy por subir mil mareas, voy por sacar lágrimas, voy por entrar en mentes, la niña que tengo en mi interior, hace poco aprendió a contar hasta veinte.
El calor que sofoca, la espera desesperante, yo soy escritora... Pero me gustan los cantantes.
Quiero ser frÃaldad y calentura, quiero adueñarme de ti, de tus ojeras, de tus risas, de tus palabras. Quiero ser tu única fuente de placer, quiero hacer que pienses en mi, que te desesperes por mi. Quiero ser de ti, quiero que seas parte de este mundo que yo solo entiendo. Yo soy, soy contradicción… siempre que digas negro yo diré blanco, soy fuego en las noches frÃas, soy agua para tu sed, soy la que nunca olvida, soy la detallista, soy la que nunca aparenta, soy lo que nadie se imagina, soy reguero el cual ni tu ni nadie podrá recoger. Quiero, quiero ser a ti lo que las abejas son a la vida. Quiero ser tu dulce y tu amargo, quiero ser tu todo, tu amor, la enamorada de la vida, la que nadie sabe quien es.
Antes de empezar cualquier cosa debes tener presente que soy un reguero que nadie podrá organizar y mi mundo no cambia de normas. Si quieres estar en mi corazón, que yo esté en el tuyo y hagamos uno solo debes tener presente que nunca dejaré de ser yo para cautivar ni complacer alguna parte de ti, me tienes que querer asÃ, toda yo, auténtica, genuina, sin tapujos, con miedos, con fuego, sin finales, con lágrimas, sin cadenas, con carisma, con estupidéz, sin recesos, con excesos y con café. No me gusta que me pongan cadenas, si el agua en este rÃo corre mi corazón solo se amarrará, no me gustan las restricciones, me encanta la conversación y odio la presunción, a veces algo difÃcil de entrar pero siempre cediendo, siempre entendiendo, siempre abrazando. No creo que en algún momento te vaya a recordar a alguien, dudo que conozcas a alguien tan transparente de corazón y tan cohibida de si misma a pesar de mi seguridad exterior, no creo que conozcas a alguien que todo lo quiera reparar y lo repare, dudo mucho que conozcas a alguien que esté enamorada del mundo, de la vida y de lo tan azul o nublado que pueda amanecer el cielo cada mañana como yo. Quizás conozcas personas que amen la primavera, pero la primavera todavÃa no la conoces, no te haz quemado en labios y luego te haz aliviado en manos, no haz sentido tu corazón como mi taza diaria de café por la mañana, lleno. Antes de empezar cualquier cosa, si quieres entrar en mi vida, si quieres que entre en la tuya, si deseas que te elija como mi equipo... Mi mundo al revés me gusta, ni te atrevas a querer enderezarlo, ni te atrevas a querer organizar mi reguero, porque si tratas de cambiarme, de deshacerme, de descomponerme... Si tratas de hacerme otra persona y deshacerte de mis defectos, en ese momento si seré un verdadero reguero, algo devastador, destructivo e irremediable.
Asà fue… Yo me encontraba más sola que nunca, mi alma estaba más que vacÃa, decepcionada de la vida, enfadada conmigo misma, mal “amorada” con el corazón estrujado, los ojos deshidratados, sonrisa desfigurada, ganas de desaparecer, creyendo que todo estaba perdido, asi estuve… Siendo infelÃz por razones de las cuales no quiero hablar. De repente llegó y se subió a mi tren y fue raro porque siempre me ando yo subiendo a trenes, nadie suele subir a los que yo esté, le hablé un rato sin busca de flirteo ni lo más acercado y no se por qué pero me sentà viva, me olvidé de los problemas, sentà mi corazón latir, sentà que todo estaba bien en esos momentos. Al parecer tampoco estaba tan bien que digamos pero muy bien que tuvo el don de irme reconstruyendo sin permiso y esto son memorias viejas, memorias de alguien que estaba cuidando mis heridas y no las dejaba sangrar, memorias de un corazón hospitalario, un corazón que abandoné, me abandonó, nos abandonamos porque asà tenÃa que ser según la vida, un corazón que sinceramente ya no quiero pero una historia que jamás me aburrirÃa de contar.
No sonrÃo porque si, sonrÃo porque tú, porque tú eres risas, tú eres buenas sensaciones. No sonrÃo porque quiero sonreir, sonrÃo porque tú me lo provocas, sonrÃo porque tú mi invierno lo hiciste primavera. No sonrÃo porque si, porque tú, ni porque quiera sonreir... SonrÃo porque nosotros.