Te deseo mucho, diria yo que demasiado, te deseo tanto como para verte y ya haber hecho mil acrobacias de placer en mi mente. Te deseo tanto como un usuario a sus drogas, asi tanto como para esperar por ti mil años ¿a qué se debe tanto deseo? Quizás es porque no eres de mi, quizás te deseo tanto porque en mi cama no duermes y llamas a otra que no te desea tanto como yo. Tu voz, tu risa, tus labios, tu olor, todo tu cuerpo estimula cada uno de mis sentidos, alteras mis sentidos asi tanto como el alcohol y un poco más. Te deseo en cuerpo y alma, te deseo en todo el sentido de la palabra, pero lo más importante, te deseo más que a nadie.
Arranqué los retrovisores de mi auto no por gusto, los arranqué para no vivir del pasado, ¿acaso con retrovisores al pasado me voy a motivar a manejar hacia al frente sin mirar atrás? Fuimos felices, pero no quiero vivir de esa historia, no me interesa hacerme falsas ilusiones de que algún dÃa volverás, no quiero negarme buenas oportunidades. Arranqué los retrovisores de mi auto no por gusto, los aranqué para no volver a verte, no quiero ser vulnerable a ti, no quiero aferrarme a lo que no volverá. Arranqué los retrovisores de mi auto no por gusto, los arranqué para poder ser felÃz.
Aquà estoy escuchando tus fotos, oliendo tus letras, tocando tu voz y acariciando tu silencio pero no estoy a solas, estoy con soledad, no se si la conozcas pero lleva viéndome hace un tiempo y siempre le hablo de ti. Me voy dando cuenta que a soledad no le gusta estar aquÃ, siempre me dice cosas buscando que la eche de mi habitación pero aún no lo consigue, aún no conseguimos ella ni yo alguna manera de echarla. Por otra parte pienso que si le gusta estar aquà porque si se hubiese querido ir lo hubiese hecho hace tiempo, ella es la que decide, es su propia dueña. Te veo en todos lados, te escucho en todos lados, te siento en todos lados ¿sabes qué es lo peor de eso? Que no estás, te veo en mi café de cada mañana, en la comida, en la cena y hasta en la ducha, a veces siento que te miro y que tu también me miras pero asi no es, la que me mira es ella... La que me mira y me habla es soledad.
Madrugadas como hoy en las cuales estoy sola, madrugadas de las cuales fuiste participe hace un tiempo atrás, ¿sabes cómo se siente la soledad? Se siente asà como un café sin azúcar, como andar abrigado en pleno calor, como andar sin camisa en Alaska, se siente mal, incómodo, molesto. Justamente ahora estoy en silencio y mi alrededor también, no es cómodo ni satisfactorio pero extrañamente tu silencio decÃa muchas cosas, tu silencio me hablaba, era un placer para mi escuchar tu silencio. ¿Qué te puedo decir? Todo cambió el estilo y forma de ser, mi móvil siempre lleva carga, no hay razones para despertar llorando de felicidad, no existe a quien darle gracias... No existes tu en mi vida. No creas que solo cargo tristeza gracias a ti, de vez en cuando me rÃo también, de vez en cuando pienso en ti y se me brota una sonrisa de niña risueña, mientras escribo esto mis ojos se quieren cerrar y existe un problema... Puede que mis ojos se cierren, pero mi corazón aquà está abierto.