Suelo ser una persona optimista, demasiado diría yo, algo que me sirve para ayudarle a otros, pero hoy... Hoy no soy yo, al parecer alguien o algo se apoderó de mi cuerpo, probablemente la negatividad, el miedo, la tristeza o no se, algo que ni yo misma conozco. Estuve pensando y muy pocas personas o realmente nadie se juega o jugaría la milla extra por ti, por mi, ni por nadie, ninguna persona te da lo que lleva dentro si no le das algo a cambio, muchas veces se llega a cosas muy bonitas y serias pero todo eso luego de recorrer todo un mundo de tropiezos con esa persona, muy rara la vez que conocemos a alguien, le tratamos súper, le dejamos saber lo que queremos esa persona corresponde igual, no se deja vencer por miedos y todo es mutuo desde un principio. Casi nadie es capáz de aceptarte como eres al cien, al menos yo siempre trato de aceptar a mi alguien tal y como es, sus defectos convertirlos en virtudes y verlos por el lado positivo, claro, pero no todos son optimistas como yo, nadie es como yo, nadie es como tú, nadie es como nadie. Yo puedo aceptar a quien sea con todas sus manías y malas costumbres pero la verdad es que ¿quién me acepta a mi? ¿quién te acepta a ti? Probablemente si nos acepten, pero ¿saben qué pasa? No lo demuestran y ahí está todo el problema una vez más, nadie puede dejar todos los miedos a un lado por mi, ni por ti, ni por nadie, yo puedo dejar a un lado todos mis miedos y tirarme a la carretera de la unión de dos almas con los ojos cerrados incluso, sin pensarlo dos veces, porque pienso en que se pasará bien, se estará bien y que esa otra persona estará felíz pero no, nadie puede hacer eso por mi, ni por ti, ni por nadie, la mayoría de las personas piensan más en ellos que en todo, no es que esté mal pensar en uno mismo, pero todo exceso tiene su consecuencia, así sea mala o buena, no se debe pensar todo el tiempo en todo y no en uno mismo como tampoco se puede pensar solo en uno mismo y en nada más. Muchas veces, mejor dicho... Todo el tiempo, tener ese balance y poder pensar en ti y en todo sin crear un exceso es lo que te lleva a la felicidad, pero no, nadie o casi nadie ve eso, pero no me quejo, nadie es como yo, nadie es como tú, nadie es como nadie. Sinceramente todo esto lo escribí con una mitad de mi y el resto con lo que se apoderó de mi hoy que aún no le he puesto nombre, siempre trato de buscarle la solución y salida a todo, pero parece que hoy no estaba para eso, hoy no soy yo, hoy les retumbé un poquito en la cabeza.