Me vestí de valentía para hablarte, tú te vestiste de amabilidad para contestarme, ahora yo me visto de ganas y comprensión para ganar un lugar especial mientras tú te vistes de no se qué y todo fluye... ¿Quién eres? No lo se, estoy descubriéndote, ¿por qué tú? Quizás te preguntes pero no te diré ya que no tiene respuesta. Ya estás robándome el sueño y hasta le estás arrebatando a los problemas su lugar en mi mente, todos los días me pasa un mar de ideas por la cabeza respecto a como brindarte comodidad en mi pero la respuesta más coherente es que solo sea yo, gente cercana dice que hasta me haces bien. Eres lo que no soy, yo soy lo que no eres, llevas tanta alegría colgada en tu alma, en tu sonrisa y hasta en tu voz... Yo no traigo tanta alegría en tanta cantidad y realmente me hace falta. Estoy vestida de intenciones para ti, curiosamente de esas intenciones que hace tanto no me ponía, de esas buenas, bonitas y capaces de entender, esperar, ayudar y hasta aceptar cualquier cosa. Justamente ahora estoy deseando que estés aquí y decirte todo esto y lo haría en cualquier momento, pero preferí escribirlo antes de hacer cualquier cosa porque quiero inmortalizar este momento, inmortalizarte a ti y añadirte a mi historia.