Tres Bares y Tres Amores

11:15

 La noche caía sobre mi habitación avisando la hora de dormir, pero en la ciudad no, en la ciudad a penas la noche era de tarde y me avisaba la hora de ir en búsqueda de nuevas aventuras... El armario me mostraba mis mejores atuendos, esos de los que te pones ahora y ya al rato tienes mil conquistas, el radio ponía la mejor música y aunque la cama me llamaba para dormir y me miraba con una cara de "aquí vas a descansar, será bueno" la música y la ciudad por otro lado me llamaban con un tono más fuerte y con más autoridad, de seguro que les hice caso. El móvil lleno de mensajes como siempre... Pues no puedo negar que siempre soy algo solicitada, pero esa noche era distinta, no me importaban esos mensajes, no sé que pasaba, solo salí en busca de la historia nocturna para mi mañana siguiente. 

En el primer bar:

Como de costumbre, buscaba un lugar para sentarme nada alejado, algo cerca de la barra o quizás en la barra si quedaba alguna silla vacía, me quedé mirando y mirando hasta que me di cuenta que había una silla vacía en la barra, perfecto, ahí me senté. Mirando el panorama, mirando el lugar, tomando las primeras cervezas hasta que se me acerca un hombre guapo, alto, pelo lacio y sonrisa impecable... Me sonrío, se acercó y me comentó que era simpático pero no tanto como para sonreirle tan repentinamente a un desconocido, me invitó una cerveza y asentí, seguimos hablando, me hablaba de que le gustaban las artes y la literatura, lo escuchaba atentamente hasta que me dijo: 

— Yo sé quien eres, por eso te sonreí repentinamente y por eso estamos hablando, sé que escribes y por eso te comenté que me gusta la literatura, yo te conozco.

Me reí, no burlándome, me reí porque la verdad no supe que decirle y le dije:

— ¡Qué bien eso! ¿Y de dónde me conoces? Si puedo saber... 

A lo que rápido respondió: 

— Dale las gracias a tus redes sociales, eso es todo. 

Entre risa y risa, trago y trago seguía haciéndome más preguntas, me contaba más cosas y así sucesivamente, el ambiente era divertido, la charla era divertida y cada vez se expandía más... Luego le comenté que tenía que seguir, más bien... Que tenía que ir a visitar otros dos bares y que otras nuevas dos personas me esperaban, le explicaba más o menos que esa noche salí en búsqueda de no se qué y de historias que contar, cosa que el entendió, aceptó y me acompaño a salir del lugar... Me miraba fijo, me decía que conocerme había sido un placer y que le había encantado hablar conmigo, seguido de eso... Seguido de eso me dio un beso y me dijo que no lo tomara a pecho y obviamente, le comenté que no lo haría porque algo me decía que no lo hiciera ya que el era gay... Me miró curioso y es claro, me preguntó como sabía sobre su homosexualidad y fue algo gracioso porque le recordé que las personas que pertenecen a algún grupo en la vida y no necesariamente de preferencias sexuales nos conocemos entre si. 


Luego continué mi camino, me reí sola un rato pues no podía sacar la cara de asombro de aquel muchacho, era guapísimo, hablaba de forma sensual y sus gestos físicos por un lado me daban ganas de no sé, llevarlo conmigo pero no... Eso solo era por unos minutos, luego caía en tiempo nuevamente, sabía que era gay y aunque yo juegue para los dos equipos no estaría con un hombre gay, no sé como suene eso pero no, si estaré con un hombre pues lo quiero en todo el sentido de la palabra y no es que los homosexuales no sean hombres pero claro, les gustan otros hombres, a un homosexual puedo gustarle una noche, no toda la vida, aunque el a mi tampoco me iba a gustar toda la vida porque luego de estar con el un rato saldría en busca de mujeres u otros hombres, pero como quiera.

En el segundo bar:

Mismo procedimiento pero esta vez con música bastante agradable de fondo, no encontré silla vacía cerca de la barra así que busqué una mesa bastante atrás y ahí me senté, pedí una botella de agua esta vez... De repente quise ir al baño, no sé, me sentí el cabello feo y me paré, estuve un rato en el baño, como unos diez minutos hasta que entró una chica, yo no sabía que había entrado, me di cuenta luego de voltearme, estaba en la puerta sonriendo mientras me miraba y cuando la miré me preguntó mi nombre, me montó conversación y yo pues... Como no soy nada sociable continué hablando con ella hasta que se fue conmigo hasta la mesa en donde estaba, era de estatura promedio, pelo negro, blanca, andaba muy bien vestida y pues... Si, también era muy coqueta. Hablamos como una hora, me hablaba de todo y me decía que cada vez que le gustaba más mi forma de ser, inlcluso, chocaba sus pies con los mios mientras me decía que quería probarme aunque sea un poco, a lo que yo asentí, salimos del lugar y la besé mucho, creo yo que bastante, le acaricié y cosas así, tenía un brillo en los ojos inexplicable y decía sentir conocerme de toda la vida, pues nadie le había besado tan bien ni la había atrapado en tan solo una conversación. Pasó un rato y le comenté que me tenía que ir al último bar... Me dijo que le gustaría mantenerse en comunicación conmigo y yo sin ningún problema acepté, pues estaba soltera no tenía por qué no hacerlo, me despedí y me fui. 


Me fui riéndome nuevamente y pensando... Primero un gay que creía que no me daría cuenta de que lo era y ahora esta mujer, solo pensaba en que de eso sacaría una historia tremenda y así había sido.


Tercer bar:

Ya ese estaba un poco más vacío y por eso decidí ir allí, siempre iba... Siempre, me senté, saqué el móvil, observe algunas fotos tomadas esa misma noche de los lugares que había visitado y leí una que otra cosa guardada. La mujer que trabajaba ahí me conocía, se puso a charlar conmigo y me preguntó si todo andaba bien o si me pasaba algo, rápido le conté que solo había salido en busca de historias y rápido buscó algo que tomar, se sentó a mi lado y me preguntó como me había ido... Le conté sobre el gay y sobre muchacha anterior, ella estaba encantada con todo lo que le había contado, hasta que se llenó un poco más el lugar y tuvo que volver a sus labores. Me quedé allí sentada, escuchando la música, pensando en veinte cosas hasta que alguien choca conmigo, no me pareció raro pues la gente a veces es algo salvaje y creo que ya a esa hora era algo normal que la gente estuviera un poco salvaje, no sé, me pidió perdón y se sentó en la silla que quedaba vacía a mi lado, se presentó, me explicó que su amigo borracho la había empujado jugando y que esperaba no haberme hecho daño, yo reí y le dije que no se preocupara, seguimos hablando, sus ojos eran increíbles y no porque eran de algún color, sino porque podía percibir la frescura de su alma en ellos y la inocencia de su corazón en su mirada, era alegre, me decía que le parecía buena persona y que era divertida, yo continuaba observándola, cada vez le encontraba algo diferente y era más hermosa, la verdad es que no sé que pasaba pero ese tonteo me parecía sensual y me perdía en su mirada mientras me miraba sonriente... Y de repente me dio un beso breve sin que yo lo esperara y dijo que tenía que irse porque sus amistades la esperaban, me quemé por dentro porque era de esas personas que saben seducirte sin tener que tocarte y ella lo hizo, como yo también lo hice con ella pues luego de besarme lo dijo, también dijo que pasara más a menudo por ese lugar ya que siempre lo visitaba y la vida necesitaba más personas como yo, que la seducieran con una conversación y le dieran ganas de conservarlas siempre.


Esa noche fue rara y buena pues saqué de ella lo que buscaba, historias... Primero un gay, luego una chica bastante extrovertida que al final terminó cayendo ella en mi cuando iba en busca de que yo cayera en ella y al final... Creo que el final fue lo mejor, esa chica de sonrisa fresca, corazón inocente y mirada penetrante que tonteó conmigo como por dos horas y me tenía perdida allí toda sonriente igual que ella, pero se quedó ahí... Aunque es ese tipo de personas que me gusta para compartir mi vida se quedó ahí y todo tiene sus razones.

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